Una película de Tim Burton. La comedia impregnada de sátira se mezcla en el mundillo del artista. Un artista encandilado de sí mismo carente de talento, más que para él mismo. Claro que no es poco, cuantos podrían envidiarlo ya!. Fracasa en toda su movida, pero una perseverante obstinación se opone a cualquier juicio y sentido común, y allí está la fuerza de su triunfo. Ed, el artista. Un especulador que negocia y muestra una cintura extremadamente sagaz, flexible y transa como un patético vendedor para ponerse en juego. Espíritu que se basta de cualquier cosa, de cualquier manera, un cachivache, con tal de producir y terminar su obra. Sin embargo en ningún momento Ed encarna al estafador. Él está buscando una obra, su obra, que entiendo como la necesidad de ser tenido en cuanta como existente. Ed consigue hacer de su vida su mundo, su escenario, pese a quien le pese. Esta experiencia llevada hasta lo grotesco es la indefectible síntesis de la caprichosa ilusión de Ed ser un grande en el cine. El tema de la soledad y el abandono puesto en juego en la figura de Bela Lugosi es la más profunda y vívida. Los avatares del consumismo y la basura detrás del mundo de la producción y el sostenimiento del negocio del cine es la mirada menos interesante a mi entender en la película de Burton. Crítica al negocio que el mismo Burton no se toma muy en serio, y juega entre sarcasmo y grotesco, hasta con cierta encantadora compasión, una anécdota.
Bela encarna al genio olvidado, descartado. En ese contexto Ed se aprovecha de Bela y Bela lo toma a Ed casi como un ángel de la resurrección. La tensión entre estos dos personajes es el eje de la película. Muerte y resurrección, sentido y plenitud, ocaso y el eterno retorno. Ambos buscan una existencia donde se es reconocido. Ambos luchan contra la pobreza y la chatura del entorno. Bela, ya cansado irrumpe en fatigado viaje final, adquiere la profundidad de los sabios, Ed la visión de los profetas sumergido en los pochoclos y el olor a hamburguesas.
Algunas ocurrencias que me despertaron la película de Tim Burton, "siempre es más fecunda una ilusión que un deber", decía Ortega y Gasset.
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Hola Roberto,tu blog me parece interesantisimo y donde mas te iba a firmar, sino mas que en el comentario de Ed Wood,Nunca tuve oportunidad de verla,tu comentario me incentivo a mirarla. Tu blog Cumplio su objetivo. Saludos.
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