
LLegué recién de pasar el día en la costa. El mar tiene una inscripción definitiva en mi alma. Un tatoo en el corazón. Me dijeron mis padres, que fui concebido en Génova. Los primeros meses de embarazo de mi madre estuvo instalada en Camogli... Mi padre genovés, y de padre británico, navegó durante toda su adolescencia en escuela de la marina mercante. Se recordaba conociendo 157 puertos del mundo. Yo tuve la gracia de cruzar dos veces el Atlántico navegando, marcando un hito en mi vida, un antes y un después de mi concepción del planeta. Desde que tengo memoria, siempre fuimos a veranear al mar. Veo el mar y veo mi historia, mi sangre. Es algo absolutamente visceral, esas inscripciones en cada uno de los seres humanos que harán para siempre huella en su esencia.
Entonces voy al mar, siempre que puedo. El café es mas aromático frente al mar. El frío es emocionante, el sol de los oasis, la arena es viento y las olas una sinfonía.
Me fui pensando en encontrar un libro olvidado que no estaba. Al final ahora se a quien se lo presté. Fui escuchando música todo el tiempo. 10 CD en el auto. Coldplay, el último disco que produce el genial Brian Eno. Después tenia The Cure, el conciento en París, In rainbow de Radiohead, Laid de James, Una mañana de L.A. Spinetta, dos de Cerati, Ok computer también de Radiohead, dos de Charly...
El viaje siempre un viaje... por la ruta 2, después de la curva de Mundo Grua, comienza mucho campo, lagunas de las mejores en Chascomús. Y en el trayecto que va de la esquina de Croto hasta llegar al mar es muy intensa la vista, mucho verde, animales, colonias de pájaros volando, patos, cigüeñas, una especie de faisanes blancos, el colorido y el clima ecológico se conserva bastante.
Llegué al mar por la avenida central, Bunge al fondo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario