
Hace un rato que se encendió la mañana y al parecer nada extraordinario se presenta bajo este miércoles soleado. La diferencia esta en el sentir. Allí se atraviesa por un camino de expectativas. Cómo me gustaría saber de alguien en particular, cuanto amor o deseo siento por aquella persona y tal vez ella ni lo sepa. Sentir y buscar que haya alguien a quien dirigir ese apetito de afecto, de dar y recibir una presencia vital, amistad, amor, es el principal motor en la vida saludablemente humana.
Leía ayer en el diario que una persona descubrió que era sonámbula y que enviaba mails en la madrugada y no fue conciente de ello hasta que una amiga que había recibido un de esos mails le preguntó por teléfono que le había querido decir ya que no entendía el significado del mail. El mail decía "AYUDAMMMMMEEEEEEEEE". Fue entonces que ingresó a su casilla de correo y comprobó que desde hacía algún tiempo enviaba varios mails a la noche en estado de sonambulismo que podríamos describir como de inconciencia. Lo interesante es que esta persona dormida sin embargo podía entrar a su casilla, introducir su contraseña, redactar textos y luego enviarlos sin tener recuerdos de lo producido, ni conciencia al respecto, pero activando todos los atributos de un estado conciente como encender la maquina, entrar a la pagina, recordar y tipear la contraseña. Este hecho abre nuevos interrogantes en torno al fenómeno de la conciencia y a las funciones cerebrales que organizan nuestro comportamiento, ya que se suponía que solo la conciencia es la función que otorga entidad subjetiva al obrar, dejando a los otros actos como meros funcionamientos automáticos, sin intervención de la razón como actividad psicológica, sin ninguna conciencia ni registro, menos aun, recuerdos de lo que hubiere hecho. Los misterios de la conciencia, memoria, uso de los atributos itelectuales vs. los instintivos siguen ampliándose. Cuando los psicólogos usamos la hipnosis de alguna manera, en diferentes grados, alcanzamos un estado similar en nuestros pacientes. Las sonámbulos a veces son detectados por los familiares, caminando por la casa, sirviéndose algo de la heladera, sentados mirando la calle, como si estuvieran despiertos e insomnes, pero a decir verdad, están dormidos, inconcientes realizando actividades. En la misma nota del diario La Nación refería que Google mail implementó un sistema para que los mails enviados entre las horas nocturnas tuvieran algún tipo de requisitos previo al envío al modo de preguntas fáciles que debía responder el que envía para protegerlo de alguna manera de enviar mails automaticamente y sin conciencia y que luego se arrepienta. Un artilugio para convocar dentro de lo posible el mayor grado de lucidez en el accionar.
Me promovió más datos a ideas y reflexiones ligadas con la tecnología y la vorágine en la comunicación, basicamente, celulares y computadoras. Basta ir por la calle y ver permanentemente como las personas consultan, teclean, bucean sobre sus celulares mientras viajan, esperan el colectivo, van caminando o están tomándose un café en algún bar. Es que los celulares suenan, y tienen un poder de atracción hipnótico. ¿Qué es lo que atrae? estimo que lo que fascina e hipnotiza es una expectativa de comunicación, de encontrarse con el otro. Un deseo en última instancia de ser tenido en cuenta, de ocupar un lugar en la vida de otro, en definitiva de tener amor.
Muchas cosas se me ocurren por otros y variados caminos en relación a todo esto, pero la más pujante es que esta nueva tecnología nos está mostrando la inevitable necesidad de vivir con los otros y como esa bella necesidad nos ocupa todo el tiempo. Las ganas de ser tenidos en cuenta por algunos otros. En sintonía con esto, esta fiebre de voracidad y expectativa comunicacional nos muestra que difícil es lograrlo a pleno en el terreno de la intimidad, contra la inmediatez sin mayores compromisos, sonambúlica, cuasi inconciente que ofrece la última tecnología.
Pese a los innegables beneficios tecnológicos en la comunicación, descubrimos día a día que para estar juntos, asociarnos afectuosamente en este camino tan dramático como maravilloso que es la existencia humana es necesario poder abrazarnos, reirnos, charlar entre copas y que vibre la presencia.
(pintura "retrato de Gachet" V. Van Gogh)
me quedo con el final tan reparador, con estar y compartir el silencio, eso la tecnologìa no lo logra, pq el silencio tecnològico lo traducimos en ausencia
ResponderEliminarhola robert!
ResponderEliminarqué bueno estar vivos! ya podremos compartirnos las historias de vacaciones con un buen brindis de por medio!
Estoy volviendo de las sierras y el amparo de la amistad
un gran abrazo hacia el mar