
Ahí pierdo mi sol, mi horizonte desaparece, las lluvias se hacen lentas
y me siento a ver por la ventana los años que te esperé para que ya te hayas ido.
Morir y ese era el destino.
Cuesta bajarse,
sensaciones de nacer en cada momento,
sin brujula ni horizonte,
sin escapatoria ni reproches,
algo nuevo entonces aparece, como el sol a la mañana me abracé a la arena, y te extrañe tanto, pero tanto que no supe más el porque del viento, el sentido del recuerdo, el deseo de tocarte. Aun así, es sólo este sonido, ateo y sombrio, duro y febril, ausente y triste como fuiste allí,
como el olvido.
(pintura "sunflowers" V. Gogh)
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