Conciencia, amor, poder y culpa.

sólo lleno espléndido integro inconmensurable inaudito abierto infinito pleno corazón latir cercano vacío espacio artificial resiste callado abriéndose.

... dejó su estela como un gran barco en el mar.

El problema de la conciencia si se reduce a una expresión neuronal, biológica, elimina cualquier tipo de trascendencia, como ingenua, irreal. Ahora por qué suponer que tiene que ser mucho más que eso? pero también con todo derecho, por que tiene que ser solo eso?, acaso la ciencia es la única forma de conocer la verdad y reconocer la realidad...? sabemos que definitivamente no es así...

La vocación a vincularse, a ser sociales es una de las tensiones que nos gobierna. Se quiere existir, cordón umbilical, oxígeno, comida, aplausos, luces, escenario. El amor existe, el amor es la necesidad de otro. Por eso el amor es esencialmente egoista, aunque el ego luego se pierde en el otro, un altruismo necesario en la amada, y allí aparece la fragilidad, la inseguridad... el dolor. En el amor el que menos ama es el que tiene el poder. Profundo dolor del enamorado.

Esto se quiere evitar, luego la vida más por si misma, frivolidad, aventura, episodios finitos. No necesitar del otro es volverse un no te quiero, autosuficiencia como en el vientre materno. El mundo como un vientre que envuelve, cuida, otorga y rinde.

El narcisismo es la voracidad excluyente de cualquier otro. Al principio una necesidad fundacional de la propia existencia psicológica, una conciencia que nace a sí misma. Luego el deseo instintivo es mucho más que el desahogo de las tensiones, que la conservación de las especies, es una exigencia de socializar. Allí el narcisismo se vuelve oponente. Diría chato y aburrido.

El amor de otro, una necesidad de llegar acompañado como desde el inicio. En esto opera como una marca filogenética... no se quiere vivir solo porque es antinatural. Somos una especie como cientos de otras de características gregarias. Pero siempre estamos solos con nuestros deseos, al menos así aparece, y entonces congeniamos y compartimos nuestros deseos. Si esto es tan emocionante y pleno, pues bienvenido el amor.

Los que ya no pueden más enloquecen, siendo la locura el odio a la realidad de que hay otros que excluyen y aniquilan el deseo propio de ser sol, centro. La locura es en esencia narcisista, herida, desgarro, derrumbe narcisista. Por eso liberarse de esta pretensión de reinado exclusivo es liberador, la frustración alivia. Negociemos, compitamos. Las leyes del mercado. Pero seguimos conviviendo, y otros dicen vos renunciá, yo no.

Convivimos negociando hasta que nos enamoramos. Ahí, nos bajamos del estrado y nos volvemos más vulnerables, felizmente humanos.

Ahora una exigencia más: no somos todos iguales... perdón si irrito, pero no somos todos iguales. Y estas diferencias básicas, genuinas, existenciales, al pretender ser dejadas de lado por una supuesta igualdad, homogeneidad de experiencias, es el gran problema de la moral, la ética y la ley en general. Tenés tu presa y el otro también la quiere... como la obtuviste vos y como la pretende el otro es el tema de la conciencia moral. Todos estos son productos no de la biología sino de la razón y del sentimiento. Es decir, de la conciencia. Y el sentimiento central es la tensión entre el deseo de poder y la culpa. El deseo de poder, el liderazgo se ve en muchas especies animales. El macho tendrá su territorio, sus hembras, hasta que sea superado, expulsado, vencido. Con la culpa es otro tema. No ocurre así en las especies animales... o el depredador se compadece de su presa ? (Ultimamente científicos británicos consiguieron afirmar que los perros tienen cierto grado de conciencia moral, es decir, pueden llegar a sentir culpa..). Pero la culpa existe en la especie humana, cuando no, hablamos de enfermedad o de psicopatía. Freud construye una teoría antropológica suponiendo que se debe al asesinato del padre, como líder y señor de la horda primitiva. La religión judeocristiana sostiene el mito de Adan y Eva y del fruto codiciado y la pretensión de igualarse a Dios. Luego el castigo y la pérdida de los beneficios celestiales, el más importante, sin ninguna duda, la inmortalidad.

El ser humano es conciente de su finitud, y esto es la angustia esencial que atraviesa la existencia de la humanidad.

La conciencia de que además de uno están los otros, es en principio una renuncia narcisista, liberadora, pero también frustrante. Pues bien, hay muchos que viven así. Te sonrien, te festejan, te buscan, te lloran, pero su mundo es la lógica del espejo...se sonrien, se festejan, se buscan, se lloran sólo a sí mismos. En definitiva te devoran dejándote solo, seco, olvidado. Una especie de monstruos invernando en la fragilidad, una vez resucitados te devoran cruelmente. Con lo cual uno debe protegerse. Recuerdo la primera película de "Alien, el octavo pasajero". Estaban allí, esos huevos latentes, aguardando pacientes por las vísceras ajenas, donde encubarse, para surgir destruyendo a su proveedor de lugar.

... esta curiosa necesidad de tener conciencia de sí a partir de que otro te tenga en cuenta y... no te mate. En el mejor de los casos los otros quieren lo mismo. Buena onda, la mejor onda. Entonces, la música, el cine, la cena, los perfumes, los besos y el amor, el infinito y extraño amor da sus señales.


(pintura "Restaurante en el jardín" August Macke -1912)




3 comentarios:

  1. la vida como juego, un desafio, aceptas o no, personas que te quieren y que no, el amor es lo unico que resiste y ayuda en estas pruebas. No se quien dijo que te juzgaran en el amor, hacia uno mismo y hacia todo.

    ResponderEliminar
  2. Li que é necessário entender completamente um idioma para perceber a profundidade da alma de uma pessoa. E acabo de descobrir, que é preciso apenas um encontro de sensibilidades.
    Gostei muito do que você escreveu!
    E gostaria de comentar, mas não haveria espaço. Então só vou fazer uma pequena observação. Somos sozinhos dentro de nossas diferenças e singularidades, mas o desejo de 'alcançar' o outro, nos força a não olharmos só para nós mesmos! E para que isso aconteça, o outro precisa nos despertar esse desejo.
    Esse é um tema fascinante!

    E Roberto nunca saio daqui sem levar algo comigo. Gosto disso, porque não consigo ser superficial. A vida é uma coisa a ser pensada em todos os momentos!

    Se achar que escrevi demais, pode apagar sem nenhum constrangimento.

    Gosto de lhe visitar e voltarei.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. "... esta curiosa necesidad de tener conciencia de sí a partir de que otro te tenga en cuenta y... no te mate."

    Isso me lembra a esfinge...Decifra-me
    ou te devorarei!

    ResponderEliminar