
En un día de sol la playa estaba como nunca desierta. No es la temporada de los colores y los niños con sus alas. Llegué hasta el muelle y el olor a sal era intenso. Ola que va, ola que viene y ese ronroneo tan hipnótico me llevó a un cálido médano. Recostado, con todo el aliento en mi boca subí al espacio de mis recuerdos, los sonidos de esta melodía que no se apaga y sigue delicada sorprendiéndome. Que placer este presente inundado de tantos recuerdos, que van y vienen, como las olas del mar, en una playa que nunca termino de agotar.
Entonces fascinado me olvide de los olores, me olvidé del ronroneo, solo me quedé tejiendo las imágenes, con un hilo delgado bordeando el existir. Dibujé recuerdos en almíbar y lo agrio dejaba de estar. Como en un mito que renacía me acordé de vivir una vez más.
Te confieso que allí estabas. En mi deseo te busco, hasta que llegues por fin del futuro.
(pintura "Autumn sea VII" Emil Nolde)
si allí estaba, fue entonces...
ResponderEliminarque ese hilo delgado, nunca haye su fin...
besos
cuando allì estè, serà entonces...
ResponderEliminarTe mando un beso querida pasajera