Abre los ojos

Me animé en la mañana, temprano, casi sin gente. Recostado sobre la apenas tibia arena decidí entregarme al sueño y al sol. Con los ojos cerrados me dejé llevar por ese resplandor que comencé a advertir. Veía una imagen que cubría toda la amplitud de mi percepción. Una imagen que fogueada por la fuerza del sol sobre los párpados lograba un color cálido, entre naranja rojizo y formas más oscuras de marrones y azules violetas. De pronto la sombra de un pájaro sobrevoló justo por sobre mi mirada. Lo que veía se abría en la plenitud del foco. Advertí ese fugaz paso como una sombra que quedó reverberando, luego inmediatamente destellos violaceos. Me sorprendí en un acto de percepción no habitual. Un diminuto pajaro volando a discreción supo atravesar mi visión y me sentí inquieto. Esa mañana quiso el azar que una diminuta sombra llenara de reflejos mi visión y sentí desde un nuevo lugar la eternidad de la existencia, el silencio de toda certeza, el abandono a este devenir que hasta aquí me ha traido y no se donde me llevará. Mejor así, o peor no lo se, son especulaciones para eliminar la incertidumbre de la existencia, lo inexplicable de la conciencia de sí, y ese sentimiento absolutamente inconmensurable de estar vivo.
Esa mañana con los ojos cerrados vi el vuelo de un pajaro en un fondo naranja y azules.




1 comentario:

  1. Que bueno!!!! Que temazo elegiste, Roberto!!!

    Amo Soda y Ceratti.

    Besos y que disfrutes!!!!

    :))))))

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