azar

A la mañana noté desde el comienzo cierta incomodidad. Ayer me encontré con un amigo, tomamos cerveza en una pizzería. Fugazzeta rellena, dos cervezas, 62 pesos. Decir "cierta" me resulta impreciso y ambiguo. Es por eso que escribí así. Ahora que lo pienso puedo comprender que acerté al haber usado esa palabra. Estaba escuchando a Charly, discos de otros momentos y los menos conocidos, tal vez, por la gran mayoría, el gran publico, alguno dirá. Decidí en ese ínterin, mientras pasé a la cocina para prepararme el café, que el día, a pesar de estar fresco era brillante. Siempre busco en los días definirlos como activos, actuando la existencia, tiene que ver con la metáfora de la luz, del resplandor seguramente, de lo que he decidido tomar como un ritual de supervivencia. Una manera de sentir, de pensar. No la más real o posible por cierto, ni la única posible. Tampoco necesariamente la más favorita. Pero hoy vibré el día como brillante. Al sentir que el agua estaba cerca del punto de ebullición saqué el tacho del fuego. Preparé el café. Parece que la televisión no hace falta, el espectáculo esta afuera, me rodea, me envuelve, nos atrapa. La realidad es el virus H1N1. Nostradamus, las plagas de Egipto, los jinetes del apocalipsis y San Juan, los profetas del final se apoderaron de la opinión pública mundial. Maratón del pánico sube el rating, más actimel, blisters ibuprofeno, plin caja. Bendito virus, una bendicion desde los cielos, vende. Los chicos con hambre y que mueren de a millones desde hace décadas no da miedo. Que no da dinero es la hipótesis uno. No compré barbijo, otros lo hacen por mi. Barbijo profesional: 15 pesos. Y la mascara, y el virus, la parca con la guadaña y la muerte aguarda el momento. El café y ese aroma tan excitante de mi mente. Adicto a su atención. La música estaba un poco alta, en ese momento use la perilla para bajar el volumen. Nada de sorpresas, los controles responden. Casandra Lange, tiene una versión de Ticket to ride imperdible. De pronto me vi envuelto con la niña única sobreviviente del océano Indico. Podrá ser su vida igual de ahora en más..? alguien que se redime, será un ángel, quieren tocarla, una locura la aguarda, aunque sea lanzada al otro mundo, el de acá, afuera el de allá. Sobrevivir al privilegio. Con el café me senté. El escritorio, con los papeles de ayer, tendrán el cambio necesario, a lo largo del día. Camino sin retorno. Miré por la ventana, una planta sin muchas hojas, en primavera debería florecer y crecer. Recuerdo que el miércoles le dí agua. Todo en orden por ese lado.

No voy a salir, tengo mucho para trabajar, escribir y leer. A media mañana un ser especial. Un invisible rayo nos conecta. Es vital lo que vivo en esa dimensión. Porque estar así conectado, con alguien que es conciente como yo que nos une todo lo que por lo general no une a la gente, es asombrosamente impresionante. Con mis pacientes siempre ocurre. Con los demás, apenas, alguna vez me interesa. Con el paso del tiempo fui conociendo ese nexo y ahora estoy allí, envuelto en sus sedas perfumadas, sus lagrimas silenciosas, su insomnio tambien lo intuyo, lo siento, su emocion y alma. Una cuarta dimensión en el querer, un éxtasis sin ser santo. Mi humanidad divina, un milagro, un azar, una creación de dos. se da no ntencionalmente y sin embargo tan propio como que se porque estoy así, promoviendo esa dimensión, un ser como otro, nada especial en lo aparente, en un lazo de cercanía, sin el porque, certero el sentido. En esta mañana abre el misterio con voz y presencia, lo siento en mi alma, un otro conectado, sin hablarlo mucho, conmigo, porque si, porque es así. No hay una pregunta que me interese al respecto o una exigencia sin sentido. Me encuentro con que hay alguien en el mundo que refleja mis sentimientos como sus sentimientos. La intuición de un conocimiento. No hablamos igual, pero somos lo mismo en la afinidad de buscar, del uno para el otro. Un otro como tantos desconocidos para otros.

El café sabroso, y voy por más...