
En un cuarto, a solas, confundió las sombras con el silencio. El sillón abraza, el televisor sin sonido y el eco de otra voz cerca.
Como un sueño de invierno,
entre fuegos de noche,
el sonido de tu silencio me fue llevando.
La ausencia sin vacío,
esperar a que amanezca,
encontrar un llamado perdido que no quise escuchar porque no era el tuyo,
un precioso diamante.
Imaginé tocar tu puerta y abrir tu sonrisa,
un vaso se quiso vacío,
la lucidez me remonta.
Y sentir en cada latido tu nombre que te pregunté para escribirte,
y al seguir entre sueños tus pasos,
de pronto descubrí que ya no eran otros.
Un día nuevo me diste en tu tiempo, quizás sea un tiempo sordo de aplausos chispeantes.
Mi sereno sol,
el amanecer,
un nombre, el tuyo,
animó otra vez este camino sin techo, sin término, como la misma sangre que recorre punto por punto la memoria.
(pintura "Flowers in a Pitcher" Matisse)
Leería esto mil veces más. Intento sentir lo que describís, sin ninguna dificultad.
ResponderEliminarHola... tal vez tenga todo que ver con vos, así lo intuyo.. gracias por tu comentario
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