
Desde su estreno, fueron numerosos los comentarios que me llegaron de la nueva película de Woody Allen. Todos fueron de alguna manera, sino abiertamente negativos, prudentes y cautelosos en darle a la película una valoración buena, como por otro lado, es un clásico en la genial y enorme producción del indiscutiblemente celebre Woody.
Muy expectante fui entonces a ver la película. Quiero empezar entonces con mi conclusión final: la película me gusto, y mucho.
Me pareció extremadamente profunda y psicológica, no en un sentido analítico, sino fenomenológico, descriptivo. La historia, el guión, nada complicado. Se basa en un drama policial. Dos jóvenes hermanos, al que se suma un tío rico, implicados en un crimen por intereses económicos financieros.
La historia policial no tiene nada, pero nada de suspenso, ni la secuencias y escenas están impregnadas de tensión, o un clima de inteligencia y destreza siempre propicios en este tipo de guión en torno a la maniobra criminal.
La película si bien tiene un ritmo interesante, no se acerca en nada a lo entretenido. Hasta aquí entiendo a las críticas hechas al director, pero advierto que lo esencial y profundamente punzante, magistralmente puesto en escena en el film es la condición humana. Me parece genial la manera como se muestra la fragilidad de la condición humana, apuntando en forma enfática al sistema de valores. Otra vez esencialmente pesimista, nihilista, WA nos muestra pateticamente que la degradación de una persona llegado el caso no tienen limites. El ser humano, el hombre, el que se proclama esencialmente divino, ese mismo puede hundirse en la oscuridad existencial más siniestra hasta el extremo. La degradación puede ocurrir en cualquiera (cuestionando toda teoría genetista psicosociológica) que de pronto se vea envuelto sin mayores premeditaciones ni impulsos viscerales a ir sumergiéndose poco a poco, sigilosamente en la negrura vivencial, el sin sentido y la locura. Es una película donde la tensión entre el entorno social y el individuo desaparece. No hay contención, marcos, ni garantías. Lo absurdo de los ideales consumistas y capitalistas quedan expuestamente denunciados desde el análisis filosófico más que político o económico. Es una película crítica, es una película de Woody Allen.
Como en sus dos anteriores trabajos (Match Point y Scoop) el director neoyorquino eligió el hecho criminal, delictivo, para poner en juego el guión. Enunciado desfachatado, ridiculizante de todo axioma que de seguridad y garantías: existe el crimen perfecto. Mientras en las anteriores películas, sobre todo en Scoop, pero también sin disimulo en Match Point, la pizca de comedia, el guiño humorístico aparecían, ridiculizando sobre todo la inteligencia como garantía cientificista, en Cassandra's Dream practicamente ya esos sesgos fueron totalmente despojados. En alguna escena tal vez alguna leve sonrisa pude tener, pero más como un producto subjetivo propio que como invitación del cuadro.
El final, asombrosamente patético, no lo voy a contar, pero, la nada aparece como resultado en todos los aspectos, en sus protagonistas, en el resultado del esclarecimiento policial. En esto repite como las anteriores, el papel de insignificancia y estupidez puesto en la policía, en la justicia misma como valor garantizante.En definitiva me gusto la película, un WA definitivamente diferente al ya conocido, creo que esta búsqueda ya estaba implícita en Match Point, pero en El sueño de Cassandra se manifiesta contundentemente. Tanto es así que he escuchado la versión que dice, que no la hizo WA sino que ya actúa su nombre como motor marketinero (esto es inobjetable) y que la realización paso por otra mano. Esta versión me parece directamente una estupidez. No puedo pensar que el genio de Woody Allen necesite vender su nombre para hacer cine, ni menos aun, que no tenga el talento necesario y suficiente para sorprendernos con nuevos caminos. A Woody, a esta altura de su vida y de su camino artístico, le sobra para hacer y ensayar lo que quiera, incluso un crimen perfecto.
Muy expectante fui entonces a ver la película. Quiero empezar entonces con mi conclusión final: la película me gusto, y mucho.
Me pareció extremadamente profunda y psicológica, no en un sentido analítico, sino fenomenológico, descriptivo. La historia, el guión, nada complicado. Se basa en un drama policial. Dos jóvenes hermanos, al que se suma un tío rico, implicados en un crimen por intereses económicos financieros.
La historia policial no tiene nada, pero nada de suspenso, ni la secuencias y escenas están impregnadas de tensión, o un clima de inteligencia y destreza siempre propicios en este tipo de guión en torno a la maniobra criminal.
La película si bien tiene un ritmo interesante, no se acerca en nada a lo entretenido. Hasta aquí entiendo a las críticas hechas al director, pero advierto que lo esencial y profundamente punzante, magistralmente puesto en escena en el film es la condición humana. Me parece genial la manera como se muestra la fragilidad de la condición humana, apuntando en forma enfática al sistema de valores. Otra vez esencialmente pesimista, nihilista, WA nos muestra pateticamente que la degradación de una persona llegado el caso no tienen limites. El ser humano, el hombre, el que se proclama esencialmente divino, ese mismo puede hundirse en la oscuridad existencial más siniestra hasta el extremo. La degradación puede ocurrir en cualquiera (cuestionando toda teoría genetista psicosociológica) que de pronto se vea envuelto sin mayores premeditaciones ni impulsos viscerales a ir sumergiéndose poco a poco, sigilosamente en la negrura vivencial, el sin sentido y la locura. Es una película donde la tensión entre el entorno social y el individuo desaparece. No hay contención, marcos, ni garantías. Lo absurdo de los ideales consumistas y capitalistas quedan expuestamente denunciados desde el análisis filosófico más que político o económico. Es una película crítica, es una película de Woody Allen.
Como en sus dos anteriores trabajos (Match Point y Scoop) el director neoyorquino eligió el hecho criminal, delictivo, para poner en juego el guión. Enunciado desfachatado, ridiculizante de todo axioma que de seguridad y garantías: existe el crimen perfecto. Mientras en las anteriores películas, sobre todo en Scoop, pero también sin disimulo en Match Point, la pizca de comedia, el guiño humorístico aparecían, ridiculizando sobre todo la inteligencia como garantía cientificista, en Cassandra's Dream practicamente ya esos sesgos fueron totalmente despojados. En alguna escena tal vez alguna leve sonrisa pude tener, pero más como un producto subjetivo propio que como invitación del cuadro.
El final, asombrosamente patético, no lo voy a contar, pero, la nada aparece como resultado en todos los aspectos, en sus protagonistas, en el resultado del esclarecimiento policial. En esto repite como las anteriores, el papel de insignificancia y estupidez puesto en la policía, en la justicia misma como valor garantizante.En definitiva me gusto la película, un WA definitivamente diferente al ya conocido, creo que esta búsqueda ya estaba implícita en Match Point, pero en El sueño de Cassandra se manifiesta contundentemente. Tanto es así que he escuchado la versión que dice, que no la hizo WA sino que ya actúa su nombre como motor marketinero (esto es inobjetable) y que la realización paso por otra mano. Esta versión me parece directamente una estupidez. No puedo pensar que el genio de Woody Allen necesite vender su nombre para hacer cine, ni menos aun, que no tenga el talento necesario y suficiente para sorprendernos con nuevos caminos. A Woody, a esta altura de su vida y de su camino artístico, le sobra para hacer y ensayar lo que quiera, incluso un crimen perfecto.
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