Existo luego pienso

Son las 9 de la mañana. En Palermo, Buenos Aires.
Un aroma de café, algo exquisito, rodea mi instante. Destinado a escribir una primera entrada la emoción es curiosa. Un hombre sigiloso piensa dos veces, que embole.
De eso voy a escribir. De apetitos y sabores, de miradas y olvidos. Ser un escritor en la web, vaya oportunidad. Un parque de emociones a mi entera disponibilidad. Juegos de mente. Mente que bulle, y pienso. El blog y Google a mi favor me delatan. El otro está, seguramente está. Certeza excitante. Vacío imaginario, secuencia de imágenes. Construyo un blog, desafío de modestia, horrendo pudor, calibrado exhibicionismo, y ahí va, otro millón de fotos, millones de libros, millones de textos, eternos, sueltos. Sin más. Sin ton ni son, excepto los de muchos. A quien le podrá interesar salvo a mi. Es un blog para los mi. Al fin encontré un sentido. Gracias a los dioses pero yo me hago cargo. Buena digestión. La alegría a la pepa, serán los títulos.