Sobre el Optimismo

Todos tenemos una noción más o menos cercana de lo que es el optimismo. Pero corriéndonos rápidamente de su connotación descriptiva, ¿qué podemos saber acerca de los factores psíquicos que impulsan a algunos individuos a sentirse optimistas, o aún más, hacer del optimismo una característica de su estilo de vida?.Comencemos entonces por tratar de entender donde se funda, en que se basa y sustenta la experiencia del optimismo.Por definición entendemos que el término optimismo (del latín optimus, lo mejor) se usa habitualmente para designar el estado de ánimo de aquellos que ven siempre lo mejor de todos los sucesos o acontecimientos, o están siempre dispuestos a considerar las cosas desde su lado más positivo y favorable. Su antónimo es el pesimismo. Ahora bien esta definición no ofrece dificultades para entenderse, pero nos deja abierta la cuestión del "estado de ánimo", ¿qué hace, o dónde se sostiene la actitud de aquellos que ven siempre lo mejor de todos los sucesos? ¿por qué frente a un mismo suceso o situación algunos son optimistas y otros no? Es que acaso el optimismo, a veces tan ponderado culturalmente, es una propuesta enfermiza, de no ver la realidad?
La realidad contundentemente nos muestra e informa de miserias y dolor en los cuales transitamos a diario. Y no hace falta ser un estudioso en historia para saber que desgracias y malestares, dolor e injusticia se han registrado siempre.-

MEDIO LLENA O MEDIA VACIA

Aquí ya podemos mencionar un elemento característico que hace al optimismo, como toda otra actitud psíquica, algo subjetivo, es decir propio de un individuo: el modo como es interpretada la realidad (ya sea esta experiencia interna o externa y el resultado de la combinación). Advirtiendo de evitar cualquier pronunciamiento reduccionista (que son siempre parciales y en lo que se refiere al comportamiento del psiquismo humano tendenciosos) podríamos arrimar que, sintéticamente, de eso se trata la experiencia psíquica: de la química generada en la interpretación de la realidad. ¿Ahora, qué hace a alguien ver con satisfacción que "la botella está aun llena hasta la mitad y no ya vacía por la mitad? Si después de todo ambas afirmaciones son verdaderas y describen justamente la realidad: botella por la mitad. En primer lugar es la disposición frente al estímulo. Para el optimista la vida es básicamente un desafío, un espacio para evaluar, y frente a lo dado operar positivamente en el sentido de la creatividad.En segundo lugar la capacidad de adaptabilidad frente a lo novedoso. Todo lo que se presenta como nuevo, es decir, aquello de lo que aún no sabemos o no sabemos tanto, impone un esfuerzo de adaptación. En este intento de adaptarse no hay garantías de éxito. Sabemos que la vida nos exige exámenes permanentes, desafíos, opciones y decisiones. Pero además, y en tercer lugar, el optimismo es un modo de cómo entender la experiencia, la realidad.

LA BIOLOGIA GERMEN DEL OPTIMISMO

Un brote de una semilla que luego será árbol en el medio del espeso monte tendrá que vérselas por trepar altura y alcanzar la luz del sol que le permita su saludable subsistencia. Las raíces deberán afianzarse en la profundidad. Habrá experiencias negativas a las que deberá enfrentar: suelos rocosos o poco profundos, sequías, inundaciones, plagas, heladas etc.. Estos estímulos negativos le han exigido adaptabilidad y mejor aprovechamiento de los aspectos positivos - o para ser moderados - de lo dado. Esta característica es un esfuerzo vital. Teniendo en cuenta la realidad, los seres vivos han aprendido a subsistir, desarrollarse y evolucionar hasta el presente y lo seguirán haciendo (fascinante interrogante ¿hacia donde va la vida?)

El optimismo, como emergente psíquico individual (o social), no desestima las dificultades permanentes que la persona tiene que reconocer a diario sino que las asume y las enfrenta con lucidez, esto es, lo más genuinamente posible, y luego como toque esencial se recurre a la creatividad. Creatividad es un ejercicio que poco se promueve en los colegios y que entiendo como la mejor y más ambiciosa herramienta de la vida y del universo. La creatividad es jugar con las posibilidades de inventiva y novedad. Ser optimista es un esfuerzo, un modo psíquico de entender y verse en el contexto.Es por eso que no todos son optimistas, o aun no se lo han propuesto, o tal vez aunque sea antipático decirlo, no quieran.¿Es que todos pueden ser optimistas? Por lo pronto no hace falta ser optimistas para vivir una buena experiencia. Pero aquellos que lo son cuentan con una actitud muy afortunada y para nada indiferente, sino que al contrario, generalmente resulta ser muy eficaz para determinadas situaciones donde los caminos parecen angostarse.

A veces la realidad es opuesta al deseo; entonces se impone la experiencia de frustración. La persona optimista también vive frustraciones, sufre el dolor, enfermedades y miedo, pero sin eludir lo trágico de la vida puede sentir naturalmente su tendencia a seguir, buscar nuevas experiencias, insistir, empezar de nuevo, asumir la vida y sus riesgos.Pero en otras muchas oportunidades el optimismo no se acredita en alguien por estar orientada la función de entender la realidad de alguna manera negativa, quiero decir no vital. Hay muchos elementos que pueden derruir esa tendencia instintiva hacia la vida. Encontrar en personas hipercríticas dosis de optimismo es casi imposible. Es que algún afán exagerado de perfeccionismo le impiden ver algo bueno, con aspectos potables. La envidia (que en mayor o menor grado puede encontrarse en todos los seres humanos) con su tenaz necesidad de igualar hacia abajo no quiere saber nada de logros y caminos ascendentes de otros. Hay muchos elementos más que combinados o enlazados darían como resultado un sentimiento permanente de pesimismo (tristeza, resentimiento, etc.), pero la experiencia clínica me ha enseñado que en cada uno los factores decisivos para sentir la vida de tal o cual manera son particulares, pertenecen a la artesanía y talento de cada persona y sus circunstancias. El optimismo no tiene en cuenta las dificultades como escollo, sino que funciona a partir de las necesidades y el deseo como estímulo vital. Como está interesado en seguir adelante puede aprender, se hace entonces más perceptivo y desarrolla poderosos estímulos para la inteligencia creadora. Es realmente interesante ver como las dificultades potencializan y desarrollan aún más en las personas optimistas su confianza. Va en simetría con el sistema inmunológico, tiene un sano nivel defensivo frente a los agentes tóxicos externos.Por eso, desde el punto de vista energético es más fácil ser optimista, rinde mucho más porque tiene un basamento filogenético propio de la vida. Dinámicamente sucede lo mismo que en el pesimismo, es decir, se efectúa un análisis y evaluación de la realidad; lo que se modifica sustancialmente "es la actitud" frente a la circunstancia de la realidad. Es como si el brote de árbol quisiera lamentarse del esfuerzo que para subsistir se le impone: esquivar rocas, buscar la luz, nutrirse.En una experiencia normal la realidad no pude dejar de ser tenida en cuenta. Esta cualidad es un componente propio de los organismos vivos. Es adecuándose pertinentemente a la realidad como la historia y evolución de los seres vivos les ha permitido subsistir, obligado a evolucionar y desarrollarse en millones de años.La cultura del hombre también evoluciona, se desarrolla y va conformando ese intercambio. El hombre desarrolló el optimismo como un perfil más del psiquismo que también evoluciona, se desarrolla y cambia. En el individuo desde que nace no cesan las necesidades de aprender y corregir. Uno puede aprender a ser optimista como puede aprender a ser libre. Son opciones que no todos ponderan genuinamente. Preguntándose por uno mismo y en su vínculo con la realidad, donde están los demás, seguramente no todo será dicha y tranquilidad. Pero para muchos la vida es mucho más que estados circunstanciales y están convencidos de que vale la pena el intento de vivir cada vez mejor, a la manera humana.