Otoño de abril

Estuvo sentada al lado mio. No se movió ni un instante. Note que su perfil irradiaba cierta armonía. Comprendí en un momento que su figura me inquietaba.

Atiné a no mover mi cabeza para que no notara que estaba atraido por cierta intranquilidad, la forma de la curiosidad. Después de un rato, que no podría medir en tiempo, girando mi cabeza pude apreciar su contorno. Casi sin notarlo me fui acercando a su imagen, luego acometí de un golpe su flanco. Ella me inundó de una imagen resplandeciente, con los colores de la piel de los ángeles.

Ya jugado no tuve inhibición de seguir...

Un instante, que se hacia eterno.

Un sueño que no se olvida.

Preciosa imagen perfumaba mi adentro, viví ese encanto.

Y ya lo habrá notado, me supuse.

Gira su rostro, escapa su escondite, y observándonos nos devolvimos un sentido, uno entre otros, entre miles. Un nuevo sentido me dió su rostro. Al fin pude verla nacer como por azar, en mi deseo, sonriente, cercano...

Foto plaza Las Heras en otoño