Si todo se derrumba, en caida libre, sin barandas que te contengan, sin mapa para el destino.
La oscuridad te invade, hasta el tormento más insoportable.
Me encontré de pronto pensando en vos.
Como en un rito mágico, en un baño de luz real, en cada amanecer tu vida cobrará todo sentido.
La calma que te da el despojo de expectativas que no se dieron,
de fracasos inesperados,
de la pena por los que ya no están o se fueron así, porque sí...
Para acompañarte,
en cada mañana,
en cada segundo de está nueva mañana,
pienso en vos, comprendo tu dolor.
Con todo atrevimiento,
en un susurro de alegría,
dejá que el sol se disuelva dentro tuyo,
en una experiencia secreta, sin pudor alrededor,
en cada respiro,
con un sabor de fresca brisa,
y la luz en color,
la humedad de tus lágrimas,
que en fuego y naranja se derrama por tu rostro,
por tus sueños...
un nuevo amanecer,
tan sabido y tan olvidado,
sos mucho más que una breve escena, mucho más que la locura del sin sentido,
serena en cada respiro, un suspiro, en decidido coraje,
tu vida está ahí, latiendo en tu pecho, esperando como un niño inquieto que la saques a pasear, por la serpenteante realidad, esquivando los pozos con un guiño o como te salga, un trazo infinito, creando cada momento, cada amanecer, y va... una y otra vez crear tu destino...
Ben me emocionaste. Siempre.
ResponderEliminarParece que conocieras mi alma y cómo mimarla.
Beso, Ben.
ResponderEliminarbesos
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