Los vínculos, el amor y "Las Mil y una Noches"


En un sentido y breve encuentro, fugaz pero lleno de emociones y expectativas, estuve conversando con alguien que en forma circunstancial convocaba a Cheherazada. Ocurrió entonces, que en aquella vibración, al cabo de pocos días me encontraba releyendo el libro "Las mil y una noches" en donde, como ya se sabe, las historias se van multiplicando en una riqueza imaginaria alucinante. La sagaz protagonista y heroína Cheherazada consigue con cada uno de sus relatos, noche tras noche, frenar la loca matanza de doncellas que llevaba adelante el rey Chahriar. Esto lo hacia porque le garantizaba al rey traumado no volver a padecer nunca más el despecho y la traición. Método extremo, cerrado, delirante, por cierto.
Es así como comenzó esa serie cruenta de matanzas sistemáticas y diarias. Entonces allí aparece, de pronto, Cheherazada. Una genia, la heroína.
Los personajes, por demás emotivos y ricos, tienen características y personalidades bien distintas que sin embargo se convocan y sostienen.
La figura del traicionado sumergido en el dolor y resentimiento, el trauma y la parálisis vital. Esta carga lo lleva al crimen y la destrucción de cada nueva realidad, de cada nueva jornada. La vida pasa a ser un dramático y pequeño espacio donde desaparece el gesto revocador y liberador. Desaparece la creatividad. En la otra actitud, representada por Cheherazada puede representar la vocación y necesidad de existir siendo para el otro una presencia única, diferente... embriagante misterio. Si no fuera por su noble y altruista empresa, cosa que la hace maravillosa, digna redentora, no saldráa de una clásica histeria.
Desplegar el destello fascinante de un relato que da y genera deseo. Vivir es como relatarse.
Y cuando hay deseo hay motor en la vida, se camina, se llega para empezar algo nuevo y así se crece.

Es entonces que Cheherazada ama y se reinventa. Ante la posibilidad (y su motivadora certeza) de lograr que en ese personaje estrecho y herido, a quien la ceguera lo deja afuera de alternativas, sea justamente ella, la que pase a constituirse como puerta, salida, camino, se entusiasma decidida en su propósito. Su fascinante seducción puesta en cada relato, relatos que quedan palpitando por una continuidad, reconstituye la apertura de una vida que sin eso se transforma necesariamente en rutinaria, por no decir traumática.

Hay acaso dicha más grande que encontrarse sumergido en un vínculo que llene y abra nuevos horizontes día tras día, donde el erotismo, la amistad y el lazo de expectativas se constituyan en códigos de alegría y superación?
Inexorablemente cada uno necesita a alguien. Un otro u otra interesante, claro.
Hay que ser selectivos sino se estropea el camino propio, no se crece ni evoluciona.
Por ahí va arrimando lo que todo el mundo busca, busca con lucidez y sinceridad.
Eso que llamamos amor.