Deseo, amor, y cosmos.



Me pidieron celebrar un casamiento. El hijo de un amigo mio, ya fallecido, me pidió junto a su novia que fuera el encargado de preparar una especie de ceremonia para celebrar el casamiento de ellos, que si bien no lo harán ni por civil ni religiosamente, quieren frente a más de un centenar de invitados evocar algún tipo de ritual que simbolice la decisión de comenzar a vivir juntos y crear el camino juntos... y el amor hasta que la muerte los separe...
Por supuesto que hay muchas maneras de que la muerte se presente para separar lo que otrora fue amor. No la muerte física. 
Entonces ya estoy pensando por donde irá mi acto, al modo de orador-chamán-sacerdote. 
Lo que se celebra es el amor. Y el amor cuando ocurre es el hallazgo de un recuerdo. 
Fuimos deseados, de allí nuestro nacimiento, y si no fuimos deseados, sin duda que nacimos. Algo en la naturaleza nos dió vida, no solo nuestros padres, sino lo que ellos heredaron nos lo han transmitido. La vida nos llega como legado ya que existía antes de nuestro nacimiento. 
La vida y el amor están encadenados, por el impulso de expansión, por el deseo de reencontrarnos en el lugar de donde venimos.
En ese sentido el amor no deja de ser siempre un recuerdo, tiene la raíz en la nostalgia. Un recuerdo de donde alguna vez surgimos llenos de impulsos y necesidades. Las necesidades son el motor, y el motor es el deseo.
Cuando uno ama jamás se olvida de eso. Cuando uno amó nunca muere la nostalgia por eso que se tuvo. El que amó nunca se olvidará de su amado. Si lo recuerda afectivamente, eso fue amor, aunque no se hubiera dado cuenta en su momento. Paradojas modernas. 
Cuando alguien ama ni piensa en perder esa persona en la cual se reencuentra, con la cual siente que renace el llamado de la vida. 
Es notable comprobar como las personas que fueron amadas por su pareja, si luego pierden o abandonan ese amor, jamás lo olvidan, lo añoran. Quieren reencontrarlo, porque allí se veían en la mirada atenta del otro, y viéndose se reconocían. Reconociéndose se existe, y existiendo se curan las heridas. Existiendo, así es como se curan las heridas.
El amor cura, decía Freud, y tantos otros. Obvio, cierto.
Si perdiste tu amor, no dudes en recuperarlo, no dudes en abrazarlo de nuevo. No sea que luego te quedes con el dolor de saber que habiendo existido lo has dejado, habiendo vivido alrededor tuyo lo has arrojado... 
Vida y amor, biología y psiquismo en eslabón semántico
Lo que hemos heredado de nuestros padres habrá que conquistarlo, decía el genio de Goethe.
Amar todo un arte, la creatividad, el deseo y el cosmos.
Amigos que se casan, que buena onda ...