El muro de Berlín - East Side Gallery -
En los restos del muro la experiencia es inefable. Los cientos de turistas que naturalmente van desfilando entretienen el ritmo. Los graffitis dejan definitivamente el lugar a por momentos geniales obras de pintura que transformaron el gris de ese muro en una galería de colores, mensajes a la humanidad y símbolos profundos, universales. Y caminar por allí, ir y volver por East Side Gallery es definitivamente emocionante. Una emoción que atraviesa cualquier deducción o intelectualismo que alivie. Hubo allí una vez una feroz marca del fanatismo cruel y la ignorancia con la que desde siempre parece que el hombre tiene que lidiar, esa locura que siempre está en otro lado, del otro lado, entre el bien y el mal, entre el amor y el odio, entre lo real y lo delirante. Reflejos externos de la lucha permanente entre nuestro ser y aquello que lo niega o pretende callarlo, limitarlo, destruirlo, por ser nuestro o de otro, por ser diferente. Ser uno mismo es ser diferente reconociendo al otro.
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Los lugares de un modo u otro proyectan lo que se ha vivido en ellos; lo terrible y lo hermoso, y el desenlace… resultado de lo que fue, de lo que es. Cuántas historias… tristeza y muerte, pero también amor, luchas, reencuentros, y finalmente también del triunfo de la razón sobre la imposición de la fuerza y la intolerancia ante las diferencias… sobre ese tipo de locura que mencionas. Y tu allí junto a los restos de un muro testigo de todo ello; me imagino la emoción.
ResponderEliminar... Por supuesto el arte que sabe expresarlo todo. Inefable como dices. Lindas fotos… el último mural es impresionante.
Excelente fotografía Rober "Hay quein siempre está llorando y culpa todo alrededor, hay quien abre una ventana
ResponderEliminaren medio del paredón" Ciro.
Abrazo gigante desde Buenos Aires. Maia y Mariano